miércoles, 16 de noviembre de 2011

Crowdfunding, el micro-mecenazgo del S-XXI



Hasta este momento, los consumidores, hemos tenido una “actitud pasiva” ante los actos de consumo que realizábamos: adquirir un libro, ver la última película del director X, comprar un sillón, etc.

Ahora, con el Crowdfunding, pasamos a poder aportar nuestro granito de arena en la actividad creativa que permite que podamos disfrutar con la lectura de una determinada novela o escuchando una canción. Directamente, a través de una pequeña aportación económica, nos convertimos en los “coproductores, editores, músicos, ingenieros,…” de una obra artística o de un producto, a la vez que con ello, estamos definiendo claramente cuáles son nuestros gustos, en este caso culturales, al propio autor de la misma. Este mecanismo de micro-mecenazgo, además de posibilitar una vía alternativa de financiación a proyectos de diferente índole, abre un mundo nuevo a la “personalización”, por parte de los propios consumidores, del producto que desean adquirir con independencia de cuál sea éste.

La herramienta que estamos exponiendo no es nueva. El mecenazgo tiene una larga trayectoria, sobre todo en el ámbito de la cultura. Lo innovador ahora es el planteamiento de que se pueda efectuar de un modo masivo, y que el pequeño, pero múltiple mecenas, participe en el proceso de la producción de la obra/producto de un modo activo y más allá del mero acto de consumo que supone comprar el producto. Para ello es esencial la existencia de ventanas de comunicación como son las que nos proporcionan las tecnologías actuales, mediante las redes sociales. Ante este panorama, los creadores/emprendedores deben conseguir explicar qué producto, qué filosofía, qué efectos, etc. persiguen con el proyecto para el que solicitan la financiación, suponiendo, como sería lo habitual, que la iniciativa partiera del creador hacia su audiencia/público. Pero también cabría otra posibilidad, que la iniciativa de poner en marcha una determinada iniciativa que culminase con la producción de un objeto X, la grabación de un disco, o con la realización de una película, etc. proviniese de los mismos consumidores, siendo éstos los que se dirigen a un determinado autor/fabricante para que “les haga” el producto que quieren consumir y que, de otro modo, no pueden obtener.

El Crowdfunding supone una vía de financiación para los creadores, a la vez que una herramienta de satisfacción de necesidades para los consumidores, los cuales, además de obtener el producto que buscan, participan en el proceso de desarrollo del mismo. Incluso, en algunos casos, podrían convertir su aportación dineraria en una inversión que les reporte, además de la satisfacción de una necesidad/deseo, un retorno económico.

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