Ante las dramáticas cifras de paro que sufre nuestro país, con porcentajes superiores al 40% entre los jóvenes, muchas miradas están puestas en el emprendimiento como una de las soluciones para crear empleo. Sin embargo, España no es un país especialmente emprendedor. La sociedad española no posee especialmente una buena imagen del empresario-emprendedor, de hecho, el índice de popularidad de este colectivo no llega al 50% frente al 73% en EE.UU, porcentaje que se reduce al 38% entre los más jóvenes. Todo esto se traduce en una de las tasas empresariales más bajas en nuestro contexto europeo. ¿Cómo se puede cambiar esta tendencia? ¿Cómo se puede lograr tener más emprendedores?.
Según una encuesta realizada por ESADE entre más de 7.000 jóvenes españoles a través de la red social Tuenti, la formación que reciben resulta insuficiente para fomentar el emprendimiento. En este sentido, menos de un tercio de los encuestados afirma saber cómo iniciar un negocio, y la cifra desciende al 20% cuando expresan que se les ha inculcado el interés por la asunción de riesgos. Por su parte, los expertos entrevistados por el ESADE coinciden en afirmar que tanto la educación primaria, la secundaria y la universidad no proporcionan una adecuada formación para el emprendimiento, ni lo fomentan lo suficiente. Además el entorno familiar, salvo para el 14% de los expertos no incentiva, tampoco, actitudes emprendedoras.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), la escasa educación emprendedora impartida en España, que se recibe principalmente en la etapa postescolar y de forma voluntaria, es uno de los motivos de la baja tasa empresarial en nuestro país. La inclusión de contenidos para fomentar la iniciativa emprendedora en todas las etapas de la educación es objeto de debate en el ámbito internacional desde hace muchos años. La OCDE, y especialmente la UE, recomiendan desde hace tiempo promover la iniciativa emprendedora en los programas educativos e incluso se elaboró en 2006 la Agenda de Oslo, documento que contiene numerosas propuestas. En España, la Ley Orgánica de Educación recoge entre sus fines conseguir que el alumnado desarrolle el espíritu emprendedor y en 2009 se introdujo de manera oficial en los Reales Decretos sobre Enseñanzas. A pesar de las buenas intenciones y de contar con algunas experiencias exitosas en nuestro país, en general, las iniciativas llevadas a cabo para fomentar el emprendimiento, tanto en escuelas como institutos y universidades, son muy dispersas pero se empieza a ver la luz. Actualmente está sobre la mesa una interesante propuesta de alcance nacional impulsada desde el Ministerio de Educación que pretende incluir una asignatura, Empresa e Iniciativa Emprendedora, en ciclos formativos de grado medio y superior (antigua formación profesional) y que se implantará, salvo modificaciones, en el curso 2013-2014 con el objetivo de realizar, durante todo el curso, un plan de empresa acorde a cada oficio.
El proceso para "construir" emprendedores no es fácil ni rápido, pero cuanto antes se empiece antes comenzaremos a ver resultados.